De pequeña quería ser muchas cosas, entre ellas princesa, veía todo tan perfecto en las películas pero ahora me doy cuenta de que la Sirenita se escapaba de casa, que también desobedeció a su padre y que se fue con el chico. Blancanieves cogió la manzana de una desconocida, y vivía con siete tíos. Cenicienta también perdía las cosas y no llegaba a las diez a casa. Todo el mundo miente, sino mira a pinocho. Que no hay que madrugar los sábados, ni los domingos, por lo menos la bella durmiente no lo hacía. Caperucita se fió del lobo. Spiderman se tiraba desde lo más alto y hacia cosas peligrosas. Batman conducía muy deprisa. Simba hizo lo que quiso, pero sin olvidarse de lo que realmente tenia que hacer. La Bella se enamoró del chico malo. Las princesas se escapan de sus torres, besan a sus príncipes. Las chicas no son las indefensas, Mulán salvo a todos y las princesas de Shrek eran las mas malas. Alicia se perdió, pero encontró la salida sola.  Los heróes existen. Las alfombras vuelan. Los monstruos entran por la puerta de tu armario. Los animales hablan. La magia está por todas partes.  Aprendí que hay amigos van contigo y los hay que son para siempre como en Toy Story. Con todo lo que aprendí, tanto bueno como malo, ¿todavía creéis que no sé arreglarmelas? No es el momento de tomar decisiones rápidas, es el momento de cometer errores, de subirse al tren equivocado y perderse, de enamorarse... a menudo.  De cambiar de idea y de volver a cambiar una y otra vez porque no hay nada permanente. Así que cometed todos los errores que podáis, sed como Alicia, perderos y encontrad vuestra salida, como cenicienta, la sirenita, como blancanieves, y algún día cuando nos toque hacer algo por nosotros mismos sabremos, cuando nos equivoquemos nos levantaremos, y cuando nos pregunten qué queremos ser, no tendremos que pensarlo… lo sabremos.